Hace los años 50 del siglo XX, el pueblo Waorani fue totalmente desconocido por el mundo occidental.
Por el año 1950 los Waodani (antes se escribía “Huaorani” )
pasan a ser seminómadas, cazadores, recolectores y habitantes de las
riberas de los ríos, cohabitando con la intensa explotación petrolera,
la industria de la madera y el turismo.
La historia moderna de los Waodani (Waorani) empieza con la
aparición de las PETROLERAS ya que estas compañías invadían nuestro
territorio para extraer toda la riqueza.
Hasta mediados del siglo XX los waodanis permanecieron
separados del mundo occidental, siendo en 1958 su primer contacto con el
occidente, inducido por una misión del instituto lingüistico de verano
(ILV) que había llegado con el propósito de facilitar la acytividad de
una empresa petrolera atacada permanentemente por los Waodani, en
defensa de su territorio. Los misioneros además tenían el objetivo de
incorporar a este pueblo a su cultura y religión.
En ese mismo año, un grupo Waodani efectúa un ataque a
los misioneros (denominado Palm Beach, actualmente Toñampare), en el río
Curarai, lo que se constituiría en el echo más conocido del proceso de
contacto.
En 1968 regresan los misioneros trayendo al joven
Waodani, Dayuma, quien estuvo por varios años en Estados Unidos y en
contacto con occidente y por ende familiar con el castellano y el
inglés. A instancias de Dayuma se acelera la evangelización entre los
Waodanis. Es así que el pueblo Waodani accedió a trasladarse al
"Protectorado", una superficie de 1600 Km2 entregada por el estado
ecuatoriano. Para 1972, la mayoría de las familias ya no vivían en la
selva profunda.
Algunos fueron los factores que empujaron a los Waodani a
aceptar la forma de vida ofrecida por los misioneros:
1.- El aparecimiento de un personaje unificador de las
familias (Dayuma o misiones), lo que correspondía con una creencia
tradicional existente;
2.- La necesidad de dejar atrás una historia de
relaciones entre los clanes, basada en la guerra y la promesa de vivir
en paz en el Protectorado (ofrecimiento del ILV y Dayuma) cumplian con
esa espectativa;
3.- La promesa de salir de la selva, que había sido
siempre el único medio en el que el pueblo Waodani havía vivido y que
hasta entonces havía regulado su supervivencia; además prometia la
porlongación de la existencia más allá de la muerte física.
Una vez en el Protectorado, las epidemias, el relativo
hacinamiento y las nuevas dificultades para obtener recursos suficientes
para la supervivencia reveló que no se había alcanzado un estado de
vida que correspondía a las espectativas generadas. El "Occidente",
dentro de su visión civilizatorias, con intereses muy marcados en los
recursos del territorio Waodani, impulsó formas organizativas que
correspondía más a sus intereses que a los pueblos Waodanis.
Sin embargo, es importante mencionar que al bajar lsa
tasas de mortalidad proporcionada principalmente por el acceso a
medicina occidental y la desaparición de los conflictos guerreros, en
menos de treinta años y tras la salida del ILV, la población Waodani
pasa de 500 a 1300 individuos. De echo en el diagnóstico de la
nacionalidad Waodani de 1999, se señala que la población Waodani supera
los 2200 habitantes.
Es en esa etapa cuando algunos grupos familiares
regresan a la selva, y encuentran que los bastos territorios ancestrales
habían sido explorados y en muchos casos, ocupados por colonos y
petroleras. A la fecha, los Waodanis tienen legalizado 790,000 ha. bajo
tres títulos diferentes.
Desde entonces, en un trayecto que a durado más de medio
siglo, los Waodanis han aprendido a dar respuestas, acertadas o no, para
adaptarse a las exigencias que imponen sus relaciones con occidente y
las enormes preciones de su territorio, tanto de empresas petroleras,
madereros ilegales, operadores turísticos y ONGs